Pongamos un ejemplo: usted llama al perro, pero este no acude. Vuelve a llamarlo y tampoco viene. Sólo se presenta a la tercera llamada, y entonces usted lo reprende o castiga por acudir con retraso. Pero él no está entendiendo que se le castiga por no haber acudido las veces anteriores, sino que piensa que se le ha castigado precisamente por acudir. De esta forma, la próxima vez que lo llame vacilará en presentarse, ante el temor de ser incomprensiblemente castigado. y, naturalmente, entonces usted lo reprenderá aún con más severidad…
De este modo se llega a un círculo vicioso que sólo puede romperse si el dueño hace el esfuerzo de pensar a la manera del perro.
PERCEPCIÓN CANINA DEL PERRO
60% …sensaciones olfativas
30%…señales acústicas
10%…estímulos visuales
PERCEPCIÓN HUMANA DEL MUNDO
10%…sensaciones olfativas
20%…señales acústicas
70%…estímulos visuales
ADVERTENCIA INPORTANTE:
Para educar al perro hay que tener muy claro que el animal no puede aprender a pensar, comportarse o reaccionar como una persona. En cambio, nosotros sí podemos y debemos hacer el esfuerzo de pensar como el perro.
- Los perros jóvenes aprenden de su madre, de sus hermanos de camada y de las dificultades que encuentran en el entorno, antes que de las personas.
- El aprendizaje del perro se basa en la experiencia: el animal relaciona todas y cada una de sus impresiones y actividades con experiencias buenas o malas. Por lo tanto, según este principio, tenderá a repetir ciertas conductas e intentará evitar otras.
- Las experiencias buenas son estímulos sensoriales positivos, como las palabras de aprobación (sentido del oído), las caricias (sentido del tacto), las recompensas en forma de golosinas (sentido del gusto) o la consecución de un objetivo (obtener comida, ganar una carrera o hacer su voluntad).
- Las experiencias negativas pueden ser el miedo, el dolor, los estímulos desagradables, como son los gritos y los pescozones, o la no consecución del objetivo fijado (no obtener comida, no poder jugar, no contar con la atención de su amo).
- Para el perro, todas las experiencias, tanto positivas como las negativas, tiene su referente en un hecho inmediato. por esta razón, el animal solo aprenderá a hacer algo o a no hacerlo si la acción y la situación experimentada tienen lugar de forma casi simultánea o bien se suceden sin que entre ambas medie otro acontecimiento.
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